Esta tartuki se fué hasta Portugal, se la llevó mi amiga Tere a su hermana, que trabaja de anestesista allí.
Con esta tarta si que me lo pasé pipa, recordando mis tiempos de hospital (( que morriñaaaaaaaaa)), pero bueno, quitándole partido, por lo tanto, manos a la obra: monitores, bombas de perfusión para el suerito, y sobre todo, que no podía faltar: el tubo de Guedel, imprescindible para el bienestar de nuestro paciente.
La doctora Vazquez, me quedó monísma incluso con la mascarilla, en resumen, me encanta esta tarta, a ellas también les gustó muchísimo.
Unas fotitos del desguace de figuras antes del montaje, y del bizcochito con el relleno, antes de vestirlo. MARZO 2013.
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